LA RELEVANCIA DE LAS CEJAS

    "el padre de la novia"  Elizabeth Taylor and Spencer Tracy

      No le damos la bastante importancia a las cejas y hoy en día adquieren una mayor relevancia en nuestra cara. En uno momento en que  necesitamos todavía más comunicarnos socialmente con la mirada, porque las mascarillas nos reducen la mayor parte de expresividad de la cara. 
Por este motivo, las cejas adquieren una mayor relevancia en nuestra cara, pues dibujan evidentemente nuestra personalidad, el estado de ánimo y la fuerza del carácter. 
    Cuando  nos queremos relacionar, nuestra mirada  se centra en los ojos de la otra persona y las cejas reflejan el grao de sensibilidad en la persona.
    Hoy en día en que el ser humano está sometido a las redes sociales, también necesita del contacto personal para comunicarse,  pero al hacerlo con la cara tapada por la mascarilla, en la que no vemos la nariz, la boca, y las  comisuras de labios, se hace más difícil conectar con la otra persona. Por este motivo, las cejas adquieren una gran relevancia en nuestra imagen, que se hacen más visibles al contemplar la mirada. Aquí si profundizamos un poco más, nos revelarán el carácter y la belleza personal.

    Por tanto, toda expresividad que tiene que ver con los ojos, como la expresión de la frente, el cabello y las cejas, adquieren una mayor relevancia si se quiere incrementar el sentido de la imagen.

    Por este motivo, cuando una persona está todo el día trabajando con la mascarilla, va creando un gesto que se eclipsa en la cara y cuando se mira al espejo al cabo de muchas horas, casi ni se reconoce porque suele tener el gesto muy marcado. Esto se manifiesta cada vez más en la peluquería cuando se miran en el espejo.  

    Por otro lado, al llevar la cara medio tapada tampoco se puede interpretar por la impresión que causa en los demás y saber como impresiona, el impacto que causa su imagen y tener esa afinidad que se ha perdido porque no la ven con los detalles del rostro.  Por este motivo se han hecho más populares los almuerzos  que podemos estar con el rostro despejado.

    En tanto, esta fijación del gesto provocado por la mascarilla que se va marcando de forma rutinaria nos incomoda porque nos hace perder toda movilidad caracterológica y nos cristaliza la belleza. Lo vemos cuando una persona se mira en el espejo, que  al verse el gesto de su cara cambiada, le cambia su estado de ánimo en el carácter. 

     Por este motivo, en casa es importante mirarnos en el espejo y hacer ejercicios de expresividad de ojos y boca para relajar la cara y volverse a encontrar, para volver a interpretarnos, reconstruirnos la belleza y darnos intencionalidad a las emociones con la mirada. 

    Estas líneas de expresión se marcan al no comunicarse con toda la amplitud facial de llevar la cara descubierta. Por un lado no ve la impresión que causa en los demás, y tampoco ve cómo los demás le interpretan, para encontrar un equilibrio en la valoración de su imagen entre su interior y el ambiente, en la forma que quiere proyectarse.

    En sí, las cejas son una parte fundamental de nuestra imagen. Unas cejas muy finas denotan un carácter más sensible, mientras que unas cejas muy gruesas reflejan rudeza.

    Veremos la importancia que han tenido en la historia cuando en los años 50 en Madrid se hacían las cejas tan finas y dúctiles, y por el contrario en la misma década Elizabet Taylor se presentaba con unas cejas gruesas en su éxito en el cine, al representar en su carácter el papel de drama. Hasta llegar a  nuestros dias en las que las mujeres se las tatúan con la micro y los hombres las dibujan más finas, tal vez para comulgar con el feminismo o porque en el mundo de la estética todavía usan el patrón de la mujer. Habría que hacer un estudio Psicoestético para potenciar al hombre con las cejas, porque a cada persona con su rostro, su piel y expresividad, le potencian un tipo de cejas.

    Si las cejas forman parte la expresividad de la cara, entre los ojos y la frente adquieren una mayor relevancia al remarcar la mirada.  Siendo de fundamental importancia, que al retocarlas puede cambiar la idealidad y el sentimiento en una persona, darle un aire más sensible o fuerte de carácter por las sensaciones que crean su interior esta forma en su manera de ser. 

    Recordamos este pensamiento de Carlos Muñoz Espinalt que dice:

                “No hay una belleza exterior, sin una armonía interior” 

Si quiere más información, le recomiendo leer mi libro

“Psicoestética. Más allá de la belleza personal en la época de la imagocracia”

Vicent Davó

 

 

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