La belleza de la mirada

 

        ¿Te imaginas el misterio que genera descifrar el lenguaje de la mirada?

    En el tiempo que vivimos todavía le damos más atención a la mirada y su expresividad al tener que llevar mascarilla.

    El estilo del peinado nos ayuda a configurar el ovalo facial, remarcar la nuca y definir el cuello, darle movilidad a la frente y expresividad a la mirada. Cuando un peinado no cae bien o no te ves tu autenticidad en la expresividad, se disminuye el poder de la mirada. 
Cuando nos relacionamos proyectamos una actitud en la mirada con unos ojos de admiración, interrogación o afirmación cuando se miran.

            En la historia del mundo del cine hemos visto a personas del deporte y de la moda,  que les han otorgado como unos poderes carismáticos por la fuerza de proyectar su mirada al protagonizar  su papel.  Han buscado en su mirada un aire sugestivo para influir y expresar su poder, gloria y además, han querido manifestar su fuerza sugestiva e intuitiva  para influir sobre los demás. El ser humano siempre se ha visto influido frente a esta sugestión de imágenes y disminuido en su imagen, porque desde la historia de los tiempos, le han creado un tabú en verse atractivo y seductivo. Entonces parcelamos las miradas emotivas con los personas mas intimas y en el resto  mantenemos el velo. así no podemos encontrar nuestra belleza en todo nuestro proceder humano.

            En la vida cotidiana se hace más palpable al ver una mirada velada de quien no tiene interés, vacía y  distante. O en cambio, cuando es honesta y considerada o íntima y evolvente, cuando se aprecia a la persona que tienes delante. Con la particularidad de algunas miradas acariciantes, aquellas que dan la sensación que te están dando un abrazo.

            Tenemos poco conocimiento por la mirada, y eso que a lo largo de la historia los pintores nos han plasmado todo un diccionario de miradas; de pena, de dolor, de gracia o gozo. Ojos que lloran, que ríen o estás extasiados. Otras miradas que son encantadoras por su hermosura tienen la influencia de unos ojos sugestivos. En sus pinturas y esculturas, siempre nos han reflejado el estado anímico y espiritual a través de los ojos, pero el ser humano, siempre se ha visto disminuido porque no ha sabido potenciar su imagen. .  

            Si se pierde la comunicación de los ojos, se pierde el sentido de la vida, en las relaciones personales y el trato con un público. Mirar y saber mirar da sentido a la vida y a nuestra existencia para entendernos.
            Por este motivo con la mirada buscamos el grado de sinceridad cuando nos acercamos a preguntar a una persona que nos atienda, y por otro lado, sienta mal que aparte su mirada cuando le hablamos... 

              Un proverbio árabe ya dice: "Quien no comprende una mirada, tampoco entenderá una larga explicación".

              A través de la mirada buscamos la respuesta, la confirmación y una declaración a aquello que decimos. Expresamos un sentimiento de poder y de gloria. De miedo, de pasión o de amor. 
             Despedirse sin mirarse a los ojos, deja vacía una relación. La mirada nos muestra la conformidad y mantiene la unión entre las personas. 
             No hace tanto tiempo, el darse la mano y mirarse a los ojos tenía tanto valor como una firma. 

            Se ha dicho: "La cara es el espejo del alma" Y es más, los ojos son las ventanas por donde el alma se expresa.

            Ha habido quien se ha obsesionado, y ha tenido la actitud de rebuscar en los ojos de la otra persona escudriñando su mirada. No en vano unos ojos fiscalizadores son rechazados.

        En tanto, la mirada ha sido un foco de misterio en el ser humano cuando ha fallado la comunicación de la palabra y el tono de la voz. La mirada afirma aquello que decimos y la consideración por la persona que tenemos delante.
              En el cuidado de nuestra imagen personal es importante entrenarnos la mirada en el espejo para reconocernos a nosotros mismos, las peculiaridades de nuestro interior y la la mirada nos revela, mientras nos peinamos delante del espejo. 
El espejo nos dice la verdad y es donde se refleja el grado de autoestima, aceptación, carácter y seguridad personal. Al remarcar la intención de la mirada con el estilo del peinado estamos entrenando la expresividad. Vemos el equilibrio interior y del carácter a través de nuestra imagen que se proyecta en  nuestros ojos. Si son de firmeza y singularidad o nos crean duda o ambivalencias.

               La belleza de mirada la encontraremos al variar la expresividad y remarcar la imagen con el peinado, con sus matices que incentiva el estado de ánimo. Cuando una persona rompe con sus hábitos o rutinas se le ve otro dinamismo en los ojos, lo vemos cuando expresa inteligencia y vivacidad, vemos en el brillo de los ojos con una mirada que está viva, refleja ilusión y aspiración.

                Estas motivaciones para interpretar el valor de la mirada, cultivarla y potenciar su expresividad. A través del peinado nos remarcamos el rostro y le damos intencionalidad a la mirada cuando nos miramos en el espejo. 

            Una mirada rígida o estática puede ser sería . Una mirada rutinaria y apocada sin el afán de tener inquietudes ni aspiración en la vida proyectaría una mirada neurótica o depresiva que tanto daño ha hecho la pandemia al bloquear la aspiración de las personas. 

            Una mirada seductiva y rica de expresividad, la cultivamos al coordinar con la movilidad de la boca y el tono de voz, dándole expresividad con el peinadovariar con en nuestra comunicación . Esto se ve al actualizarnos en la imagen y hacer un cambio de mentalidad. Encontramos el grado de originalidad al expresar las ideas con una imagen renovada. En tener marices al ampliar el vocabulario y expresar motivaciones de nuestra personalidad con sentimiento y emoción. Al hacer un cambio en nuestra moda en el peinado y la forma de presentarnos, la mirada se actualiza porque te hace sentir diferente con otra dinámica. Estas motivaciones nos acompañan la aureola de la figura afirmando la belleza de la mirada. 

          Carlos Muñoz Espinalt matizaba "El inicio de todo fenómeno psíquico comienza por la mirada".

                                

Vicent Davó


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