1- Las cejas
Las cejas forman una parte importante en la expresión de la cara, y según cómo las arreglemos destacaremos los ojos y la expresividad de la mirada.
Depilar un tipo de cejas nos puede potenciar o minimizar en mayor grado nuestra imagen, y destacar o disminuir la fuerza en el carácter.
Unas cejas demasiado finas nos darán un carácter más sensible, en cambio unas cejas más gruesas nos dan la impresión de más fuerza de carácter. Siempre y cuando estén bien dibujadas, sin remarcarlas de forma que no queden estáticas y buscando esta sensación de movilidad, ya que nos darán unos estímulos a la personalidad.
Hoy en día podemos observar en el hombre, que se puede
obsesionar tanto en depilarse las cejas, que si las hace tan finas puede
crearse un estilo de hombre objeto. Debe tener en cuenta que su tipo de rostro y lo
angulosa que sea su cara, determina el tipo de ceja teniendo en cuenta su
personalidad, para no pasarse de finas y que su cara quede desequilibrada.
En cambio, tenerlas desaliñadas tampoco nos daría una
imagen cuidada y acicalada, de aquel aire de persona actual y singular que
tiene proyección de futuro.
Según la
Psicoestética “Las cejas nos darán el grado de sensibilidad en nuestro
carácter”.
Un motivo histórico de las cejas finas en la mujer fue
en la época de los años 50 en Madrid, se las refinaron tanto por una moda de
llevarlas finas que les daban una actitud sensible y apocadas.
La mujer de hoy en día destaca las cejas más gruesas porque busca dar un aire más de firmeza y rotundidad en la sociedad, es emprendedora y necesita remarcar su carácter de directiva, su inteligencia y su actitud idealista.
Con el método de la micropigmentación se pueden destacar las cejas siempre que le acompañe al tipo de ovalo y a sus rasgos faciales. A su movilidad gestual para que le dé el grado de fuerza y sensibilidad que necesita.
En este preámbulo veremos que a través de las cejas, comunicaremos expresiones en nuestra cara de admiración y de sorpresa cuando las elevamos. De ironía o interrogación al subir una por encima de la otra hasta el punto en que se cree que en escritura se creó el signo ? de interrogación.
También una obsesión o resentimiento al contraerlas, expresiones de miedo, de serenidad o alegría por citar algunos tipos y grados de expresividad en nuestras cejas que seguiremos mostrando en otro estudio.
Vicent Davó
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